Si observamos nuestro entorno, podemos ver involucradas operaciones matemáticas en la misma naturaleza, incluso en nuestras propias vidas y en las ajenas. Simplemente con el paso del tiempo, ya estamos sumando segundos y minutos que a la vez restan de nuestro ciclo de vida. Cuando observamos el cielo y vemos una bandada de pájaros que se van uniendo, van sumando.

Lo mismo ocurre con nuestro propias historias en las que pasa el tiempo y trascurren capítulos en los que la gente entra y sale, se van abriendo y cerrando puertas. Te das cuenta que a tu alrededor hay gente que te suma y otra que te resta. Por ello, debemos saber que quien nos suma, serán todas aquellas personas que nos hagan sentir nosotros mismos. Son personas con las que nos queremos abrir y mostrar todo aquello que tenemos como si fuesen parte de nosotros. Personas en las que podemos confiar y creer.

Vista panorámica de Cuenca – Casas Colgadas

Simplemente lo sientes. Sientes una fuerza positiva que te atrae hacia ellas, una energía inexplicable pero que sin darte cuenta une almas a tu historia.

Pero sin duda,  un pilar muy importante en nuestras vidas se encuentra en nuestro interior y es el valor que nos damos a nosotros mismos, la suma completa de nuestro ser. A partir de él, podemos empezar a construir todos los demás pisos, siempre empezando desde arriba para que automáticamente surjan los de abajo y así nos cueste mucho menos forjarlos.

Cuando empiezas desde arriba ya están sumando desde el principio,estás dando un valor inmenso a tu persona que contagia al resto y que hace que esa felicidad común vuele en libertad.

En tu mano está que seas el propio arquitecto de tu vida y decidas cómo vas a empezar, lo demás es sólo dejar fluir tus energías pues ellas son tu guía.