Pues sí, soy sensible, no tengo miedo a esconderlo. ¿Sabes por qué? Porque ser sensible va más allá de reír o llorar. No es sentirse ofendido, ni tener tolerancia cero con comentarios, no. No va de ser una persona irascible, tampoco. No va de ser intransigente y no aguantar, no. No tiene nada que ver con eso.
Ser sensible implica percibir esas fuerzas ocultas que involuntariamente bloqueamos, por prejuicios, cultura, miedos u otras causas que no nos abren 100% los sentidos. Y es que los sentidos no son sólo el gusto, tacto, olfato, oído y vista porque ¿cómo podemos llamar al sentido de los sentidos?¿al sentido de las sensaciones?.
La sensibilidad elimina las barreras de la percepción, es una apertura a sentimientos encontrados. Es sentir un pálpito en tu interior que te abre hacia un mundo de emociones.
De repente, empiezas a oler el sonido, escuchas los olores, tocas sensaciones, vuelas…Comienzas a sentirte libre percibiendo 100% lo que te rodea como un «aquí y ahora». Tocas las estrellas y las acercas, te deslumbra el sol, te metes en una peli y comienzas a nadar en un mar inmenso de romanticismo. Un presentimiento que se transforma en sensación y que, sin saber cómo, nos hace pensar de una forma u otra.
Sin darte cuenta, te atrae esa energía inexplicable, como una alarma positiva o negativa, pero sabes que es así. No conoces 100% el porqué pero sí sientes su energía, lo que podríamos llamar karma que te genera miedo o cercanía, las ganas de querer darlo todo o no querer dar nada. No sabes por qué pero lo sientes.
Sientes que por un momento viajas al corazón y mente de la persona, nadas en su interior y vuelves a la realidad con un presentimiento. Es la gran libertad de percibir todo lo que quieras sólo con coger las llaves y abrir las puertas de tus sensaciones, eliminar frenos . Pues al fin y al cabo es disfrutar de emociones naturales propias de cada uno de nosotros y que nosotros mismos elegimos si expresar o no, el «ser asertivos».
Porque la sensibilidad va más allá de reír o llorar, es un «DON». Es un sentimiento subjetivo que me hace quererme expresar y sentir cada vez más, me crea adicción, adicción a la vida, a disfrutar de ella, respirarla, sentirla y olerla, escribirla.
Porque la vida es bella y romántica si te permites percibirlo. Es de color morado e infinita, si te lo permites.
Ser sensible no es sólo ofenderse con vídeos o noticias impactantes, guerras o violencia, no. No es sólo eso. Es una fuerza interior que nos hace empatizar con los demás y meternos en su piel, alegrarnos por sus logros y vivir al máximo también los nuestros.
Hola Patricia!! doy fe de que eres así; efectivamente nadie nace con ciencia infusa, pero de todo y de todos se aprende. Simplemente hay que estar abierta a ver lo bueno de los demás y de la vida. Lo malo, sobra todoooooooooooo, pero a veces hay que soportarlo con alegría y buen humor. Un besazo guapaaaaaa
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Exacto Carolina, hay veces que aun dándote cuenta y captando la energía de cada persona, nuestro primer instinto quizás sería rechazarla pero lo mejor es tratar de captar lo positivo de ella, pues puede ser esa respuesta la que necesita.
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Prima cada semana te superas
Yo lo confieso soy sensible
Muy mucho y jamás me avergoncé de ello,ni siquiera lo pensé
Para mi ser sensible es tener sangre en las venas
Y también soy dura,bien lo sabes
Pero sensible…..
Un abrazo enhorabuena
Sigue así porfiiiiii
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Muchas gracias Gloria!, me alegro que te sientas identificada y una nota muy importante como tú bien dices, ser sensible no implica ser una persona débil, al contrario. Gracias por el matiz.Un abrazo!
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Muy bien Patri me ha gustado mucho.
Me veo reflejada con éste comentario.
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Hola Carmela!!!!me alegro mucho que te hayas sentido identificada pues como sabes la sensibilidad es mucho más que el concepto general que tenemos de ello!Gracias por la visita. Un abrazo.
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