Cuando quieres hacer algo, lo haces. La predisposición, esa energía positiva que te activa, que pone en marcha todos tus mecanismos, que arranca tu motor y llena de adrenalina tu vida, es la base para convertir en realidad todo lo que deseas. Tu predisposición se nutre de ganas, ganas por hacer algo bien por ti o por ti y por la gente que quieres.

La predisposición de una persona se nota cuando trasforma un gran esfuerzo, en superación y motivación por algo que quiere. Da lo mismo lo que sea, cuando existe intención, la energía se transforma. Eres capaz de poner en práctica todas tus habilidades por ello. Te transformas en actos, eres energía circulante positiva con un rumbo propio, con un camino en el que aunque existan curvas de 180º eres capaz de conducir por él, hacerte el dueño de tu carretera.

Como bien expresa la palabra «pre-disposición», es disposición previa al acto. Y es que tu disposición personal, depende de tus circunstancias personales, de las ganas y energía movidas principalmente por ese motor vibrante, tu corazón y alma.

Al fin y al cabo, tu corazón y tu alma, mueven tus sentimientos y, en consecuencia, tu motivación y predisposición. Si quieres algo, te mueves.

En multitud de ocasiones escuchamos a los demás: «Voy a hacer esto, voy a hacer lo otro, voy a hacer lo del más allá…» .  ¿Cuántos de ellos llevan a la práctica todo lo que dicen? Si realmente tienes tantas ganas,¿por qué no te pones a hacerlo?.

Patriciadas de la vida

¡Ojo!No confundas «predisposición» con «impulsividad», pues la «predisposición» son emociones positivas y controladas hacia un objetivo motivador. En cambio, «la impulsividad» es una respuesta casi automática sin reflexión.

Cuando estás predispuesto, estás activo, eres feliz yendo por tu camino y aportando ese granito de arena diario a tu felicidad. Si sigues tu predisposición, estarás siéndote fiel a ti mismo.

Patriciadas de la vida

Quizás lo más bonito de ello, es la gran motivación que produce que estás de camino a tus sueños, el verlos cerca, hacer planes para llegar ahí. La adrenalina del momento, los latidos constantes. Y ya no digamos cuando te lanzas al vacío sabiendo y confiando que vas a caer bien, que puede haber algunas rachas de aire que te impulsen para otros lados pero que al final logras llegar y reflotar. Que puede ser que en ocasiones te marees y pierdas el norte pero sabes que pronto lo recuperas y pones los pies en la tierra.

Es divertido estar en tus sueños a diario mostrando esa pasión constante por hacer las cosas, por disfrutarlas y respirarlas. Tu presente es tu futuro, así que lo mejor es empezar ahora.

Predisposición es fuerza positiva para organizar cualquier plan, estar abiert@ a opciones te abre a un mundo de sensaciones por sentir permitiendo inconscientemente un mix de sentimientos. ¿Estás dispuesto a disfrutarlos?

La predisposición simplemente sale sola, no hace falta forzarla cuando hay motivación. De hecho, cuando fuerzas esa predisposición al final la cuerda se rompe.

Si confías en ti, eres capaz de tirarte al vacío rozando el aire a 200 km/hora sin pestañear. Sacas las alas que llevas dentro, eres capaz de volar. Aprendes también a frenar con tu propio paracaídas cuando es necesario, flexibilizando tu ser y adaptándote al entorno. Eres capaz de apoyar los pies cuando es necesario, aterrizar sin lesionarte. Eres tú.

Por cierto, gracias a Skydive Lillo por haberme permitido vivir esta nueva experiencia tan impresionante y excitante, repetiré sin duda…