El suicidio emocional existe, y es mucho más potente que cualquier arma en el mundo…todo ello porque tu mente es poderosa. Tu mente puede ser tu mayor aliada, tu mejor premio, tu mayor arma de persecución de objetivos o , por el contrario, puede llegar a ser tu mayor enemiga, pudiendo destruir todos tus cimientos emocionales si no eres capaz de ser consciente.

Cuando te dejas llevar por emociones negativas invadiendo todo tu cuerpo de sangre de venganza contra ti mismo, estás elaborando un cocktail mortal para tus emociones. Un cocktail que inconscientemente creas tú alimentándote del olor embriagador y confuso de la tristeza. Un sentimiento que debes aceptar como uno más para así poder avanzar y aprender. Pero en el momento que te dejas seducir por su intensidad y te dedicas a tu tristeza, invades todo lo que tienes a tu alrededor, tus vivencias, se convierten en un halo de energía negativa.

Caes en un bucle en el que todo te empieza a ir mal, según tu percepción. Consideras que por dos sucesos negativos que han ocurrido últimamente en tu vida, todo tu mundo se hunde como el Titanic tras un pequeño intento fallido de resurgir. Permites que tu mente la inunde un manantial profundo de aversiones sobre tu propia realidad, permites que se inunde de miedos y tristeza sin igual. Ni siquiera te planteas utilizar chalecos salvavidas ni barcas que te puedan acercar a la vida, barcas que te llevan a tierra firme y te ayuden a surgir de la singular bravura de la mar.

El suicidio emocional existe, y se produce porque tú lo produces, porque dejas que tu mente cabalgue a sus anchas por tus pensamientos más profundos y tóxicos irradiando un halo explosivo de energía contra ti mismo. Se trata de un pulso con tu alma, un pulso que se equilibra desde la balanza tóxica y que te aleja de tu ser. Te sientes perdido, inmerso en el desierto en una lluvia de arena que no te permite ver el horizonte, te aleja de tu destino cegándote cada vez más. No sabes lo que hacer.

¿Así quieres evolucionar?¿dejándote llevar por la toxicidad?¿así quieres mejorar?¿perdiendo el norte y la complicidad?

Reacciona ya de una vez pues todo Universo se rige por: ACCIÓN – REACCIÓN – REPERCUSIÓN.  Y si dejas que te abarque tu indecisión y negatividad sin acciones, estás perdido. Toma las riendas de tu vida y dirige tu propio camino, tú pones el rumbo hacia el arco-iris.

Si te mantienes pasivo ante la toxicidad, tu alma se verá mermada y caerá en una rutina destructiva, caerás en un huracán incansable de insatisfacción. En cambio si decides tomar el timón y conducir por ti mismo, pones rumbo a un Universo de cambios positivos, siguiendo el ritmo de tu alma, el sonido de las hondas vitales de tu felicidad, el camino a tu Ikigai.  El camino es la reacción a tu propio yo vital, que pide salir con efectividad. La reacción que produce una repercusión en el Universo Cósmico, conduciéndote al cambio activo y constructivo, parte de ti mismo y de tu propia decisión subconsciente motivada por un única razón, alcanzar o recuperar tu felicidad. Tu felicidad, es tu tesoro vital, es infinita y única, no la tires a la basura.

Pero puedes evitar el suicidio emocional contrarrestándolo con una pócima de salvación espiritual. Lucha por ti mismo, contra tus instintos más oscuros. Lucha utilizando tu mejor arma, el equilibrio emocional que llega tras un profundo conocimiento de ti mismo. Llega tras aprender a quererte a ti mismo, a amarte como nunca lo has hecho valorando cada instante como único y respirando cada paso, es decir, siendo consciente de tu plenitud y bienestar.

Porque quererte a ti mismo, es tu salvación, quererte es todo lo que tienes, tu mayor valor. Y de ahí parte todo el amor a tus semejantes.

Quiérete por encima de todo, por encima de todas las cosas y nunca, nunca, dejes pasar el tren de la felicidad.

Patriciadas de la vida

Quiérete

NAMASTÉ