No hay dolor, no hay dolor, no hay dolor.
¿Realmente te lo crees?¿de verdad piensas que no estás sufriendo?¿te crees que con esconderlo lo eliminas?
Nuestro subconsciente, como método de supervivencia, en ciertas ocasiones esconde el dolor emocional. Un dolor que se hace insoportable en la conciencia pero que tú, sin darte cuenta, reprimes por miedo a que salga a la luz y tu ser se vea comprometido por la tristeza.
Sientes una fuerza en tu interior que tiene ganas de salir, pero no sabes el qué. Escondes tu lado más íntimo y triste tras una tela de araña que se va tejiendo día a día, tu cerebro encubridor cómplice de tus secretos más profundos, del dolor inmenso.