Cántame por favor esa canción que me hace tanto suspirar, que me abre los sentidos hasta soñar, que refleja mi corazón hasta brillar. Saborea mi alma con sólo palpitar.
Dame un suspiro hasta agotar.
Quizás es exagerar, o no…
¿Cuántas veces hemos deseado expresarnos y no lo hemos hecho? Nuestras expresiones son fruto de nuestro interior, de nuestra alma, nos hacen libres. Cuando nuestras sensaciones salen a la luz, nos desenvolvemos sin ataduras. Somos sinceros y humildes con nosotros mismos.
Cada amanecer, nace un nuevo día y con ello una nueva necesidad de seguir siendo felices. Por ello, como os he dicho otras veces, cada día cuenta, cada día suma. Desde que te levantas. Y es que la más pura apertura a la felicidad es la expresión de la misma. Cuando nos ponemos barreras estamos restando tiempo a expresarnos, a ser felices. ¿Y por qué quedarnos con las ganas?