La vida es un túnel de lavado

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La vida es como un túnel de lavado, un túnel en el que observas cómo los demás cepillos aclaran y limpian tu coche para luego salir reluciente y estupendo. Todo ello con una serie de ingredientes que ayudan a mantener el brillo.

A lo largo de nuestro camino, conocemos a diferentes personas que nos aportan vivacidad y positividad , contagian nuestras emociones y nuestros pensamientos, conjugan sus fuerzas con la tuya. Son personas que contagian sólo con mirarlas, con sentirlas. Una sensación de plenitud y brillo que se mantiene y crea una sensación indirecta de dependencia sana. De querer más, más y más con su presencia.

Y es que con el tiempo nos damos cuenta que se convierten en parte de nosotros mismos sin poder evitarlo. Sin querer.

Una retro-alimentación natural y sana, pues el ser humano es social por naturaleza, necesitamos relacionarnos y dejar fluir nuestras energías.

Pero ten cuidado, pues hay túneles de lavado que pueden arañar tu coche. Personas que sin darte cuenta también pueden herirte, personas que intoxican tus emociones con sus pensamientos, que te hacen retro-evolucionar. En ocasiones nos rodeamos de espíritus contagiados de negatividad y frustración, almas que no ven la luz al final del túnel de lavado, que nos llevan de la mano por su camino de oscuridad. Apagan nuestra luz. Puede ser momento de cambiar de túnel y lavar tu coche en otro sitio.

Pero antes debemos saber lo que queremos y lo que no, tomar decisiones en la vida pues a través de ellas conseguiremos llegar a nuestros objetivos. Muchas personas se flagelan pensando cómo pueden solucionar sus amargas vidas. ¿Por qué no actuar?¿por qué no dejar de pensar?¿dejarse llevar por nuestro instinto de superación y nuestras emociones?. Nuestras emociones son las que mueven nuestra felicidad, si actúas contra ellas o, peor, no actúas, te estás poniendo a ti mismo en tu contra.

¿Cuántas veces hemos deseado hacer algo pero no lo hemos hecho por considerarlo incorrecto?¿cuántas veces nos hemos puesto frenos?. Los frenos se encuentran inmersos en nuestra cultura, son consecuencia de prejuicios , límites a nuestra capacidad y felicidad. Y es que muchas veces no nos damos cuenta que debemos abrir nuestra mente y nuestro corazón para ser mejores, para absorber la esencia plena y el conocimiento.

 Amplía tu túnel de lavado y cuida tus cepillos, pues ellos son lo que te dan brillo.

Un comentario »

  1. Una metafora de la vida que le gustaria copiarte al elefante azu(si no sabes lo que es son estaciones de lavado jijiji).Megusta mucho as vuelto a plasmar una idea un sentimiento una forma de ver la vida enhorabuena cariño.

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  2. Uno de mis túneles favoritos de lavado eres tú. No tendría mérito quererse si fuésemos perfectos. Es más, no cambiaría ninguna de tus imperfecciones (tal vez alguna pero solo un poco)

    Te sigo leyendo

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    • gracias Estíbaliz, ciertamente creo que las personas nos queremos también por nuestros defectos que inevitablemente tenemos, y que, en algunos momentos querríamos cambiar pero son también parte de nuestra personalidad, y tenemos que ser fieles a nosotros mismos, así que ahí se quedan,jajajaj.

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