
Y es que cuando no esperas, recibes. Y recibes no sólo un beso de la vida si no multitud de detalles que te demuestran que el Universo es infinito.
Pero a veces el infinito tiene nombre. Y son todas esas personas y momentos que te hacen sentir especial, que te colman de felicidad a rabiar. Desbordan tus fronteras de la felicidad arrasando con un manantial de agua cristalina que se convierte en lágrimas positivas. Lloras de felicidad.