El lunes me quedé con las ganas de algo más. Te escribí una ligera introducción sobre meditación, mindfulness, sus conceptos y herramientas básicas. Pero aun así creo que no es suficiente. Quiero trasmitirte más sobre este mundo tan amplio y complejo. Un mundo por el que siento una atracción especial. Me invade una energía positiva como si de un imán se tratase cuanto más voy estudiando y leyendo sobre meditación.

«La meditación es una forma de vida pero también hay que saber cómo aplicarla y a quién pues no todo el mundo puede meditar.»

Patricia García Fernández

(profesora de Pilates, Yoga y meditación con más de 15 años de experiencia.)

Una cualidad principal para meditar, es tener una mente abierta y dispuesta a vivir nuevas experiencias, estar dispuesto a sentir y encontrarte contigo mismo.

En mi caso, la primera vez que practiqué la meditación me costó concentrarme pero tras una serie de ejercicios de calentamiento y relajación entré en un estado de desahogo profundo. Me quité un lastre que no sabía que tenía o no quería saber, hasta el momento. Me quité una mochila de sentimientos negativos, tristeza y melancolía entre otros. Abrí una puerta a la sinceridad y claridad. Le dí la mano a mi alma dejándola ser sin juzgar, simplemente aceptando esos sentimientos, viviéndolos sin negar. Y es que te das cuenta que la esencia de tu existencia no son sólo pensamientos y sentimientos buenos sino que también existen aquellos negativos que aportan el equilibrio, el Ying y el Yang. Te das cuenta que su solución está en aceptarlos y quererlos como son, pues son parte de ti. La solución es reconciliarte con «tu yo más profundo» sin enmascarar con texturas opacas que sólo retrasan tus pasos.

Vivimos en un mundo en el que no todo el mundo se atreve a hacer frente a su mochila si no que disimulamos su peso con sonrisas falsas. Pero, antes o después, surge el conflicto. Antes o después comienzas a ver que su textura cambia a traslúcida, empiezas a ver una silueta de conflictos. Ves pero no observas…hasta que la curiosidad inunda tus intenciones. Eres consciente que hay algo que ensombrece tu alma, algo oculto que no eres capaz de ver hasta el momento. Es cuando decides descubrir tu velo, transparentas tu alma para así poder observar todo aquello que se esconde en tu interior. Es cuando te das la oportunidad de sentir, de vivir tus sentimientos. Con valentía, abres la puerta a la aceptación pues no es fácil aceptar enfrentarte a tus sombras, quitarte esa mochila que te ha pesado durante tanto tiempo.

Ésta es mi propia reflexión sobre la meditación y sensaciones que produjo en mí. Pero seguramente tú tendrás otras sensaciones así que te invito a que lo vivas tú mism@, si aún no lo has podido experimentar, y compartas conmigo lo que sientes. ¿Te animas?

«Deja que amanezca y anochezca. Nada en tu propio mar Egeo sin miedos. No hay ola que te pueda parar, sólo tú. «

Patriciadas de la vida

NAMASTE