Las palabras que utilizamos en nuestras charlas diarias así como la empatía con las personas que tenemos en frente juegan un papel crucial en el terreno de las emociones.
¿Cuántas veces has echado de menos una buena conversación? Compartir un diálogo de calidad con otras personas puede llenarnos de felicidad igual que la comida del día.
Un buen diálogo no tiene por qué ser muy amplio sino que utilizando las palabras adecuadas en un contexto óptimo y, sobre todo, «escuchando» podemos dar con la clave de la comunicación. Un estado fluido y tranquilo en el que las emociones se conjugan con las palabras en un resultado recíproco de conocimiento y aprendizaje.
